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  Pierre Bourdieu

 
   

sociologue énervant

 
   

 

Décès de Pierre Bourdieu :(
 

 
   

 


Pierre Bourdieu

 Nada de lo humano le era ajeno.




Pilar Piñeyrúa.
Los Andes online (Mendoza-ARGENTINE), Domingo 3 de febrero 2002.

 


  

os medios masivos de comunicación no son la voz de la verdad, las leyes económicas no son universales, la ciencia no es totalmente autónoma de la política y, generalmente, la educación no transforma la sociedad. Pierre Bourdieu pudo desmitificar cualquier verdad revelada (también cuando esa supuesta "verdad" dijera exactamente lo opuesto, como que los medios de comunicación sólo mienten, o que la educación únicamente reproduce el orden social) gracias a su capacidad de describir las disciplinas o sectores de lo social en términos de "campo". Pero eso le implicó, también, hacerse de múltiples enemigos. Es que a nadie le gusta que le anden exponiendo públicamente sus falencias, o sus debilidades. Algo de esto sucedió cuando todos los periodistas televisivos se sintieron agredidos porque el sociólogo francés, en su libro "Sobre la televisión" (1997), los trató de todólogos, motivados más por el deseo de divertir que por el ánimo de informar o de guiar el debate. Es que para Bourdieu, los medios de comunicación, en especial la televisión, priorizan la espectacularidad de lo novedoso, la mirada obvia, el esquema elemental y la conclusión apresurada, por sobre cualquier tratamiento medianamente serio de los asuntos públicos. Así los temas periodísticos (un terremoto, una rebelión o un accidente automovilístico, da igual) terminan siendo una sucesión de absurdas historias sin historia, conectadas exclusivamente por su coincidencia cronológica y sin ninguna posibilidad de control por parte de los actores sociales. Los campos de las luchas sociales En los últimos años, Bourdieu tuvo un marcado interés por demostrar que la universalización del modelo económico neoliberal, propio de los Estados Unidos, no es la mejor salida para organizar la vida social de otros países. Ese modelo implica que el Estado se abstenga en materia económica en beneficio del libre mercado, que los bienes públicos se conviertan en privados, los servicios públicos (como la educación, la salud, el transporte) en bienes comerciales y los usuarios en clientes. Su análisis del campo económico se cristalizó en su última obra, "Las estructuras sociales de la economía" (2000). ¿Pero qué es eso de "campo"? Una de las categorías acuñadas por Bourdieu para analizar lo social junto a la de "habitus" y "capital". Para algunos, el genio de Bourdieu fue que la noción de campo permite superar la de estructura, y la de habitus la de sujeto. Analizar lo social en términos de campo, permite comprender juntos el contexto social y una producción simbólica cualquiera, por ejemplo científica, artística o pedagógica. Cada una de estas esferas conforma una suerte de universo que incluye a las personas e instituciones que producen y reproducen, en aquellos casos, la ciencia, el arte, o la educación. En cada campo, dice Bourdieu, se generan leyes sociales más o menos específicas, y cada uno es un campo de fuerzas y un campo de luchas que establece sus fronteras y las exigencias para el ingreso. Cada campo tiene una autonomía diferente en relación a las leyes sociales generales, y esta relación se va modificando históricamente. De la academia a los movimientos sociales La muerte llegó temprana para este pensador, si consideramos que a los 70 y pico un intelectual puede estar en la plenitud de su creatividad, como era el caso de Bourdieu que, hasta el final, internado en el hospital, siguió corrigiendo escritos de sus colaboradores. Había comenzado su carrera a fines de los 50, analizando la crisis del mundo rural y el campesinado argelino y francés. Ya avanzados los 60, se lanzó al estudio del sistema superior de enseñanza. Su libro "Los herederos: los estudiantes y la cultura" (1964), presagia los conmocionantes hechos del Mayo Francés de 1968. En esa misma línea, fundó en 1968 el Centro de Sociología de la Educación y la Cultura. En 1970 publicó uno de sus grandes éxitos, "La reproducción: elementos para una teoría del sistema de enseñanza", donde desarrolla conceptos de gran capacidad explicativa, como el de violencia simbólica. Durante la década del 70, siguió avanzando en el abordaje de los distintos ámbitos de la vida social y cultural, y en la estructuración de una teoría general sobre lo social. Por aquellos años, aquel que estaba desentrañando las estructuras de poder en Francia, llegó a obtener los más altos reconocimientos dentro de la academia. Entre 1964 y 1980 fue director de estudios de la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales de París. Y desde 1981, profesor titular de sociología del Collège de France. En 1975 funda la revista Actas de la Investigación en Ciencias Sociales, y la dirige desde entonces. En 1984 publica "Homo academicus", una obra sobre el academicismo y el mundo del conocimiento universitario. En 1991 aparece "Los intelectuales y el poder", en 1992 "Las reglas del arte", y en 1995, "La miseria del mundo", un monumental trabajo colectivo donde se escuchan las voces de los "excluidos" del sistema, permanentemente silenciadas tanto por la academia como por los medios. Esta obra, best-seller en Francia, es una recopilación de entrevistas realizadas a obreros, profesores, periodistas, policías, trabajadores temporarios, mujeres y jóvenes de los suburbios pobres por una veintena de sociólogos dirigidos por Bourdieu. En sus últimos años de vida, la emprendió especialmente contra el neoliberalismo y la globalización. Su interés por los nuevos movimientos sociales lo llevó a ser uno de los fundadores del movimiento Attac, y no era raro que asistiera como orador a las movilizaciones de los trabajadores, en defensa de los servicios públicos y en contra de las privatizaciones. Según Bourdieu, una serie de rasgos une a los movimientos sociales: todos ellos favorecen la participación directa de los interesados (más en línea con las prácticas anarquistas-libertarias que con la tradición de los partidos marxistas-leninistas); buscan la solución de problemas concretos, como la salud, el trabajo, la vivienda; rechazan las políticas neoliberales y exaltan la solidaridad. Su anhelo pasaba no por unificar esos movimientos, pero sí por que existiera una coordinación en red que les diera mayor eficacia a sus acciones.
  


Pierre Bourdieu

       
 

   
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