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  Pierre Bourdieu

 
   

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Décès de Pierre Bourdieu :(
 

 
   

 


Pierre Bourdieu

 Murió Pierre Bourdieu, intelectual de izquierda y ''profeta de la sociología comprometida''.



AFP Y DPA, La Jornada, Cultura, 25/01/02.

 


 

Se opuso a sus colegas que aceptaban el elitismo del conocimiento. Instituciones y convenciones sociales mantienen el status quo, sostenía el pensador.

aris, 24 de enero. El sociólogo francés Pierre Bourdieu, gurú de los intelectuales de izquierda, falleció este miércoles a los 71 años víctima de cáncer en el hospital parisiense de Saint-Antoine.

Bourdieu, uno de los pensadores más importantes en el ámbito internacional y más influyentes de la sociología contemporánea, criticó el neoliberalismo, analizó las estructuras del poder y estudió casi todos los aspectos de la cultura francesa pasando por las escuelas y los ''opinadores'' de los noticiarios.

Entre sus tesis principales sostuvo que las instituciones y las convenciones sociales sólo sirven para mantener el status quo y sus desigualdades, y comparaba a la sociedad con una competencia en la que el premio principal era la posición social.

Nacido en Denguin, al suroeste de Francia, el 1o. de agosto de 1930, y proveniente de una familia campesina, Bourdieu enseñó sociología en el Colegio de Francia, y de 1964 a 1980 dirigió la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales de París.

Sus primeras obras son Sociología de Argelia (1958); Trabajo y trabajadores de Argelia (1963) y El desarraigo, publicada en 1964, año en el que apareció Los herederos, en el que critica la enseñanza superior francesa, cuatro años antes del movimiento estudiantil de mayo de 1968.

En 1993 publicó La miseria del mundo, en la que analizó el sufrimiento social, mediante el retrato de los desamparados de la modernización. Para él estaba claro quién era el responsable de la situación: el neoliberalismo y su influencia en la política.

Bordieu condenó la derechización de la izquierda en el manifiesto Por una izquierda a la izquierda de los izquierdistas, publicado en Le Monde en 1998, en el que acusó al gobierno izquierdista de poner en marcha una política de derecha. Se le llamó desde entonces ''el profeta de la sociología comprometida''.

También arremetió contra sus colegas, a quienes puso al mismo nivel de la clase dominante en Los intelectuales y el poder porque, sostuvo, se resignaron ante la ideología del neoliberalismo y refuerzan la idea de que el conocimiento pertenece exclusivamente a una elite.

Reivindicador de la sociología

En 1996 fundó la asociación Liber/Raisons d'agir (Liber/Razones de actuar) que edita libros contra el neoliberalismo y ''la corrupción de la sociedad mediática'' y pone ''el saber de sociólogos, sicólogos e historiadores al servicio del movimiento social''. Debido a esta postura crítica, varios lo calificaron de ''populista''.

El 22 de noviembre de 1997 recibió el premio Ernst Bloch en la ciudad alemana de Ludwigshafen. En su discurso, Bordieu señaló que ''el sociólogo, a quien corrientemente no se consulta excepto para remendar la vajilla que rompen los economistas, aproveche para recordarnos que la sociología puede y debe jugar un papel inicial en las decisiones políticas que son dejadas cada vez más en manos de los economistas o dictadas conforme a consideraciones económicas muy limitadas''.

Sus obras fueron traducidas a varios idiomas. En español es posible consultar La fuerza del derecho, Cosas dichas, La ontología política de Martin Heidegger, Sobre la televisión, La distinción: criterio y bases sociales, Las reglas del arte, El oficio del sociólogo y Razones prácticas: sobre la teoría de la acción, entre otras.


Crítico del neoliberalismo.

ERICKA MONTAÑO, La Jornada, Cultura, Viernes 25 de enero de 2002.

En México el historiador Enrique Florescano y el director del Instituto de Cultura de la Ciudad de México, Enrique Semo, lamentaron la muerte de Bourdieu y subrayaron su aportación al pensamiento contemporáneo.

Florescano expresó: ''Fue uno de los sociólogos más luminosos del fin del siglo pasado y del comienzo de éste. En México tuvo un efecto y una influencia muy grande en la sociología, en las humanidades y en la historia por sus ideas y su revisión profunda de los conceptos fundamentales de la sociología''.

Semo, a su vez, subrayó que Pierre Bourdieu ''fue uno de los artífices de la renovación del pensamiento sociológico de izquierda. Sus profundas raíces en el pensamiento contemporáneo, su capacidad de expresarse en imágenes atractivas y conmovedoras, su disposición a abordar los temas más difíciles y más oscuros con gran intuición sociológica fueron aportes inestimables al pensamiento contemporáneo. Infundió optimismo acerca de la posibilidad de abordar los nuevos temas''.

Fue, añadió, ''un crítico del neoliberalismo, del capitalismo actual y de todos sus males: el racismo, la discriminación del Tercer Mundo y las diversas formas de explotación y desigualdad''.


Bourdieu: la modernidad y el colapso.

Néstor García Canclini, La Jornada, Cultura, Viernes 25 de enero de 2002.

La sociología del siglo XX desemboca en Pierre Bourdieu. Acompañó el auge estructuralista de los años sesenta, el giro de los estudios antropológicos exóticos para refundar la mirada sociocultural sobre la modernidad europea, contribuyó a la renovación del marxismo fuera de los altares en que se disputaba cómo ritualizar su crítica al capitalismo. En los mismos años en que el marxismo imaginaba su reciclamiento como un esfuerzo hermenéutico y especulativo, althusseriano en Francia, gramsciano en Italia, el autor de La reproducción y La distinción buscó en estudios empíricos la información y el estímulo para retomar sin ortodoxias el impulso crítico.

Al alejarse de las áreas consagradas como estratégicas por la izquierda clásica, descubrió en la práctica de la fotografía y la asistencia a los museos, en la violencia simbólica de la escuela y los hábitos que nos distinguen en el deporte y la moda claves de la organización del poder que el economicismo había excluido o maltratado. Demostró con rigor e imaginación que no hay temas indignos o insignificantes para las ciencias sociales.

Mostró para el pensamiento crítico la fecundidad de pensar por la izquierda los temas de la derecha. Las encuestas dejaron de verse como alternativas a los estudios etnográficos, y a la inversa. La reflexión estética encontró en su obra la fundamentación más sólida de la autonomía de los campos artísticos y literarios, al tiempo que su lectura social de la formación del gusto exhibió cuánto más se comprende del sentido cultural de Proust y Lévi-Strauss si se los analiza junto con Petula Clark y los muebles Knoll, las preferencias gastronómicas y la cosmética femenina.

¿Por qué una obra dedicada a desentrañar exhaustivamente la modernidad tardó más de 30 años en ocuparse de esos protagonistas del siglo XX que son las industrias culturales? Salvo las investigaciones sobre fotografía, un artículo de 1973, Le marché des biens symboliques, y apenas seis páginas sobre la televisión en esa enciclopedia de la cultura cotidiana francesa que fue La distinción, dedicó miradas breves y displicentes a la cultura popular y a la masiva, que alejaban a colegas y discípulos, como Jean Claude Passeron y Claude Grignon, autores de una de las refutaciones más rotundas a la obra bourdienana.

Estas críticas, que tuvieron un desarrollo simultáneo, y a veces anterior, en América Latina (hubo textos cuestionadores de Beatriz Sarlo, Carlos Altamirano, Jesús Martín Barbero y Sergio Miceli antes que en Francia), no limitaron el eco de Bourdieu en la reorientación de nuestros estudios sociológicos y comunicacionales, sobre todo en Argentina, Brasil y México.

Al conocer las conferencias de 1996 en que finalmente se ocupó de la televisión nos desconcertó que estuviera más indignado por las amenazas a la autonomía de su oficio que por entender la lógica televisiva (aceptó darlas en televisión, con la promesa de que se evitara toda búsqueda formal de encuadre y enfoque, sin usar ilustraciones ni cuadros estadísticos).

Su suspicacia de que ''se pueda pensar en medio de la velocidad" mediática dejó una paradójica herencia en discípulos más sensibles a las funciones lúdicas y de entretenimiento de la comunicación masiva, a la variedad de recepciones y gustos posmodernos, que usaron sus obras sin reducir, como él, la televisión al ''campo periodístico", o sea a su dimensión ''racionalizada", ni trazaron cordones sanitarios tan rígidos entre discursos gnoseológicos y comunicacionales.

Sin embargo, el sociólogo intelectualista que supo reconocer en su libro mayor, El sentido práctico, que la lógica con que pensamos y actuamos en la sociedad, o sea el habitus, está arraigada en el cuerpo, y que en La miseria del mundo escuchó los atropellos de la mundialización en la vida personal, supo acercarse a los movimientos sociales y contribuir a la reinvención del intelectual crítico.

''La lógica de mi trabajo -explicó en uno de sus últimos textos- me llevó a trascender los límites que me había asignado en nombre de una idea de la objetividad que se me ha presentado como una forma de censura."

En 1990, caído el muro berlinés, Bosnia en ruinas, siendo el proceso de unificación europea una mezcla de triunfalismo capitalista y creciente desempleo, comienza el proyecto de Liber, primero una ''revista europea de libros" que, sin ceder en rigor intelectual, fue priorizando la representatividad política y cultural de autores de muchas lenguas y tradiciones interesados en repensar los colapsos de sus naciones.

Viajó más que nunca, habló en actos sindicales, discutió con educadores de Europa oriental y Japón, con economistas críticos y neoliberales, puso en diálogo a escritores, plásticos, cineastas, políticos y líderes sociales, consiguió que esas polémicas fueran publicadas no sólo en las lenguas hegemónicas de la globalización sino en búlgaro, griego, húngaro, noruego, turco y portugués.

Su teoría sociológica, que sigue siendo una de las dos o tres que importan porque persisten los dilemas de la modernidad, en los últimos años desbordó las dificultades para pensar los acontecimientos que no cabían en su análisis de un tipo de modernidad: la ilustrada.

Su ambición de pensar interrelacionada y críticamente todos los campos sociales es indispensable cuando la celebración posmoderna de los fragmentos no es la vía para entender cómo el ''totalitarismo" de los mercados despedaza lo social.
   


Pierre Bourdieu

       
 

   
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